jueves, 17 de mayo de 2007
Tihela 3.0 y punto final
Como cada dos meses casi religiosamente contados he vuelto a mi pelu china.Esta vez ha habido cambios: han hecho obras (ya se ven los zócalos debajo del polvo, han pintado de un lila nervioso, espejos más largos donde poder verte las suelas de los zapatos...), las chinas cada vez tienen peinados más atrevidos (formas y colores inimaginables salvo en reality shows) y (lo más importante) ahora se saltan el masaje cráneo-cervical.
En un ataque de contención de gastos han ido a ahorrarse lo único que les proporcionaba una propina. Poca visión de empresa. Una lástima, porque ésta era la diferencia entre una peluquería normal occidental y una pelu china.
Bueno, el masaje y, el precio, la imposibilidad de comunicación verbal, los productos sin sello CE, la tele por parabólica con concursos en mandarín...
Así que, la globalización llega a todas partes como a los de tihela o máquina guste o no guste.
Etiquetas: Experiencias
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