viernes, 27 de octubre de 2006

 

Para escribir 1 cubata de + doesn´t matter



Sgeún un estsdio de una uinveisdad inelgsa, no importa el ódren en el que las ltears etsán ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la útlima ltera etsén ecsritas en la psioción cocrrtea. El rsteo peuden etsar taotlmntee mal y aún pordás lerelo sin pobrleams.Etso es pquore no lemeos cada ltera por sí msima sino que la paalbra es un tdoo.Pesornamelnte me preace icrneílbe...Con todo, uno podría suponer que esto sólo pasa en castellano, pero el siguiente párrafo sugiere algo distinto:
Aoccdrnig to rscheearch at Cmabrigde Uinervtisy, it deosn’t mttaer in waht oredr the ltteers in a wrod are, the olny iprmoatnt tihng is taht the frist and lsat ltteer be at the rghit pclae. The rset can be a total mses and you can sitll raed it wouthit porbelm. Tihs is bcuseae the huamn mnid deos not raed ervey lteter by istlef, but the wrod as a wlohe. Amzanig huh?

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miércoles, 25 de octubre de 2006

 

La dieta yoyo





La millor forma de perdre pes és anar a un país àrab. Vas provant plats i tots entren bé. Totes les carns disfressades, amb moltes espècies que donen un gustet d´ allò ben diferent. Als dies et dónes compte que igual que van entrar comencen a sortir d´una manera o altra.

I és tot just quan visites un mercat on veus les carns estirades al sol, esperant que vingui algú a regatejar el seu preu o un manat de mosques a possar-se les botes.

Al final trobes consol en un simple tros de pa que saps que no ha estat expossat al terra.

Tres quilos menys al final del viatge.




La millor forma de guanyar pes és tornar al país, menjar-se un bon tros de carn que ha passat mil i una inspeccions, proves de vaca boja, analítiques de febre del pollastre, IVA i llibres de reclamacions.

Tres quilos més a la setmana de tornar del viatge.

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jueves, 19 de octubre de 2006

 

Otroño



Saltan las gotas impacientes sin que a penas te des cuenta, sin avisar ni llamarte antes. Qué irresponsables parecen, qué adolescentes. Así, sin pensarlo. Chof, chof... día gris y medio camino entre la luz y el frío. Tierra sin dueño. Entretiempo dicen, ¿entre qué?

Parece que el año empiece aquí, una vez se ha acabado el verano y empiezas a prepararte un curso (si hace años que no estudias!?). Te planteas nuevos planes para el invierno, que durará hasta el próximo estío. El primer momento que te presentas frente a la idea de la Navidad, de qué cazadora ponerte, de cómo actuará tu empresa, de qué bien estaría hacer ejercicio.

Caen las gotas de arriba a abajo como si de la primera lluvia se tratase: así, tímida al principio; brusca cuando sopesa sus posibilidades. Llueve todo lo que puede. Pero corto. Pero acaba. Te despierta o te duerme. Te alarga el insomnio o te abandona entre las sábanas de la cama, dejándote perezoso, aletargándote.

Golpean las gotas en el vídrio y te dejan mirándolas fíjamente, te llevan desde un plan futuro a un recuerdo nostálgico. Y es entonces cuando dicen que el otoño es triste, que se caen las hojas, que los días van a menos.

Otro otoño, otroño.

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lunes, 2 de octubre de 2006

 

Marruecos, te cagas




A veces un par de malas experiencias (he sido positivo, han sido más de tres) pueden amargarte un viaje interesante, pueden ensombrecerte las buenas fotos.
Pero es así: si vas de viaje no es para pasarlo mal, para volver con ganas de trabajar o para acabar agotadísimo. Y es lo que me ha pasado.
Si vas lejos es para que te traten bien (pésimo servicio, han de aprender mucho), para comer mejor (no para sufrir sus comidas o quedarte un día sin comer porque es la mejor opción del bufet libre), para visitar sitios interesantes (y no sin bajarte del autobús) o para descansar (lo contrario de pasar apuros sanitarios).

El Marruecos no útil (es así como lo llaman, el sur de Marrakech) es un país pobre, sin malícia, con pésimas medidas higiénicas. Donde las moscas son tan pesadas y numerosas como los que te piden o venden un par de piedras. Te puedes encontrar un marroquí en cualquier punto de una carretera perdida, en medio del desierto o de la estepa. Miles de niños, de chicos, de hombres sentados o tirados. Todos quietos. Asombra encontrarte tanta gente y tan pobre, y tan inmóbiles. Y lo más terrible de todo es que si ves un gran número de hombres es que hay un gran número de mujeres en sus casas, sin a penas libertades ni derechos. Nada. Solo costumbres y religión.

Las infraestructuras turísticas aun por desarrollar, igual que su sociedad. Pero se atisba un futuro rápido de grandes adelantos. Aun están a decenios de occidente, pero llegarán.
La religión ha sido un lastre, pero están demostrando que con ella a cuestas pueden hacer frente al presente.

La salud, por ello, se resintió.
Pero dejando de lado las soluciones occidentales hice caso a un remedio que tiene más de religioso y subdesarrollado que de científico y resucité de entre mis cenizas.

Gracias Japón.

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